Adán, Eva y la manzana

Admin Mensajes : 9 Fecha de inscripción : 05/03/2009

LA CAIDA DEL HOMBRE

Si Adán y Eva hubiesen respetado la prohibición que les fue hecha, habría sido completamente felices durante su vida en la tierra, y sin pasar por las angustias de la muerte, habrían ido después a gozar eternamente en el cielo, de la vista de Dios, su Padre y Creador.

Pero Lucifer se había enamorado. Enamorado precisamente de la primera mujer de Adan. Y deseaba impresionarla para obtener sus favores. Viendo el odio de Lilith hacia la nueva pareja de mascotas predilectas del Creador, resolvió que hacerles perder su favor seria un presente apropiado para la difícil dama que había decidido cortejar. Así que, ayudado por una simpática serpiente que había adoptado como mascota, se coló en el jardín del Edén y se acercó a Eva. Oculto tras el árbol esperó a que la serpiente recitara su guion. Cuando logró captar la atención de Eva, la serpiente dijo: "¿Por qué no comeis de todos los frutos de este jardín?". Respondió Eva: "Comemos frutos de todos los árboles, pero Dios nos ha prohibido, bajo pena de muerte, que toquemos el árbol de la Ciencia del Bien y del Mal." Lucifer pensó que la nueva mujer de Adan tenía menos cerebro que una uva pasa, pero se mordió la lengua y siguió oculto, esperando que la serpiente prosiguiera con su pantomima. La serpiente continuó: "No moriréis, al contrario, el día que comáis de ese fruto, se abrirán vuestros ojos, y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal." Los ojos de Eva se abrieron con la sorpresa de la revelación, mientras Lucifer ponía los ojos en blanco, asombrado de la estupidez vacuna de la sonrisa que se formó en los labios de la mujer. No podía ser tan sencillo…

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Eva no estaba asustada con la cercanía de la serpiente, porque como el hombre reinaba sobre todos los animales, nada podía temer de ella. Así que, ni corta ni perezosa, se encaramó al árbol junto a ella y cogió uno de los frutos, encontrándolo hermoso a la vista, y juzgó que debería ser de un gusto exquisito; Sin pensar mucho más en ello le dio un mordisco y terminó de devorarlo con ansias. Entonces, cogió otro, se despidió de la serpiente y fue a buscar a Adán para ofrecérselo. Hay que remarcar, a favor de Eva, que no le costó demasiado convencer a su marido de que también el probara el delicioso manjar prohibido, arguyendo, entre otras cosas, que la advertencia del Creador era de mentira y apoyando esa teoría con el hecho de que no había caído fulminada y seguía viva. Quizás no era tan tonta, al fin y al cabo – pensó Lucifer que la había seguido para observar las consecuencias de su maquinación y los efectos entre los nuevos seres predilectos del Creador.

Adán, Eva y la manzana Temptation_by_eikonik

EL CASTIGO DEL HOMBRE

Pero el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal tenía efectos secundarios. El conocimiento asaltó a la pareja de repente. Tomaron conciencia de sí mismos y de su desnudez al mismo tiempo que comprendían el error terrible que acababan de cometer. La ingenuidad se evaporó como un vaso de agua al sol. Corrieron a cubrir su desnudez y ocultarse, temerosos de la reacción del Creador. Lucifer se retiró sigilosamente, antes de que Dios lo descubriera en el Paraíso, dejando a los jóvenes humanos a la espera de su castigo, completamente convencido que con lo que acababa de desencadenar de seguro impresionaría a la impredecible Lilith y conseguiría su propósito. Pero en sus prisas por salir del Edén se olvidó a la serpiente que aún seguía retozando en el árbol de la ciencia del bien y del mal.

Cuando el Creador regresó a echar un vistazo a sus creaciones terrenales enseguida se percató de que algo extraño ocurría. Al fin y al cabo, ver a sus criaturas predilectas cubriéndose con hojas de parra y escondidos entre la maleza con cara de susto no era lo que se esperaba encontrar. Al pensar en ello al momento supo lo que había ocurrido y se plantó ante la pareja preguntando a Adán porqué había comido del fruto prohibido. Adán respondió: "¡Señor! la mujer que me habéis dado por su compañera me presentó ese fruto y lo comí." Entonces dijo Dios a Eva: "¿Por qué has hecho eso?" "La serpiente me ha engañado, " respondió ella. El creador se volvió hacia la pobre serpiente y sin darle oportunidad siquiera de explicarse, sentenció: "Porque has engañado a Eva, serás maldita entre todos los animales; pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu linaje y el linaje de ella, y un día vendrá en que la mujer te aplastará la cabeza. Tras esto anunció a la mujer que multiplicaría sus padecmientos, y que estaría sujeta al hombre. Y dirigiéndose a Adan, le dijo: "Porque has atendido más a las palabras de la mujer que a mi prohibición, será maldita la tierra en tus obras; comerás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra de que fuiste sacado, pues polvo eres y en polvo te has de convertir."

Abiertos sus ojos a la malicia, Adan y Eva se avergonzaron de su acción; el Creador, compadeciéndose de ellos pese al enorme enfado que le había provocado su desobediencia, les hizo túnicas de pieles y los vistió, ya que las hojas de parra eran ciertamente poco prácticas y, para ser sinceros, les daban un aspecto bastante ridículo; luego los echó fuera del Paraíso terrenal, cuya entrada hizo que guardase un ángel armado con una espada que despedía llamas. Ese ángel era el Arcángel Miguel. A partir de entonces el hombre fue condenado a vivir en la crudeza de un mundo hostil, ganándose las cosas con su esfuerzo, sin que se les regalara nada más. Ese fue su castigo hasta el fin de los días y el primer triunfo de Lucifer desde que le expulsaran del Paraíso. Pero la cosa no termina aquí, aunque para continuar con la historia antes debemos hablar de la Caída de Lucifer y de la propia Lilith.